iPhone y iPad como controladores integrados en domótica

1 01 2011

La tecnología de Apple ha sido contemplada generalmente como la de productos de calidad, algo que no ha cambiado con el boom de ventas de los últimos años. Por eso los desarrolladores de aplicaciones domóticas los están escogiendo para sustituir a controladores propietarios y como plataforma.

La sencillez de programación gracias a las diversas SKUs y herramientas disponibles, unida a la facilidad de distribución de contenidos que ofrece iTunes está animando a cada vez más empresas a escoger el iPhone, el iPad o el iPod Touch como los gestores de sus programas.

PassivSystems es una compañía que ha dado este paso. En lugar de crear un nuevo dispositivo para el control de la calefacción ha programado una aplicación capaz de gestionar  el servicio. Con el iPhone y desde cualquier punto del planeta con Internet permite encender la calefacción, comprobar y ajustar la temperatura y modificar la configuración básica.

Todo mediante la aplicación PassivEnergy, una aplicación para ahorrar energía que está a disposición de cualquier usuario de forma gratuita en la tienda virtual del teléfono.

Otro de los logros de Apple ha sido el de ganarse el reconocimiento de las comunidades artísticas y de diseño. Los suyos son productos a la moda, que las personas a la última quieren tener. Es lo que han tenido en cuenta en iPort para la creación de  para el lanzamiento de sus sistemas de control integrado del hogar mediante iPad y iPod Touch.

Invitan a colocar los aparatos en la pared con un marco magnetizado de modo que queden como pantallas táctiles fijas desde la que se puede gestionar, no sólo el hilo musical, sino la iluminación, la calefacción, el vídeo y todos los electrodomésticos que estén integrados al sistema central del hogar mediante WiFi o que dispongan de una aplicación descargable desde la App Store.

La expansión de los nuevos dispositivos puede ser clave para un necesario cambio de tendencia en esta industria. El móvil acerca la domótica al consumidor  porque no requiere de nuevos controladores para manejar unas funciones y aplicaciones que de otro modo podrían parecer más complejas. Sólo falta que los usuarios comprueben la utilidad y la capacidad de ahorro y mejor gestión de los recursos que se les presenta.